Este artículo es el resumen de varias fuentes, las cuales no se citan, pero se menciona por cuidado de no presumir ser original
INTRODUCCIÓN AL TEMA:
• La iglesia se ve acosada por la pregunta: "¿Qué haremos con un pastor adúltero?" Durante la última década, la iglesia se ha visto tambalear con revelaciones de conducta inmoral por parte de sus más respetados líderes. ¿Cómo respondemos a quienes han caído sexualmente y han traído desgracia sobre sí mismos, avergonzando a sus familias y deteriorando su liderazgo?
• Lo que sucede es: El pastor es acusado de un pecado sexual y se le declara culpable. Él confiesa su pecado, por lo general, con profundo pesar. Su iglesia o sus superiores en la denominación a que pertenece prescriben unos meses, o a un año, en que el pastor debe buscar ayuda. Luego es restaurado a su posición de líder, a veces en otra ciudad. Generalmente se le considera un "sanador herido", alguien que ahora sabe lo que significa caer y experimentar la gracia de Dios de manera profunda.
• Es cierto que cada situación debe manejarse con sabiduría pastoral, y que algunos pastores que han caído, algún día, podrían ser restaurados al liderazgo. Sin embargo, creemos que esta situación (cada vez más común) no es sólo públicamente incorrecta, sino dañina para el bien del pastor caído, para su matrimonio y para la iglesia.
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