Pastores Luis y Marina Meléndez

Pastores Luis y Marina Meléndez
Pastores de la IBE Callao

viernes, 27 de marzo de 2009

¿Pastores restaurados al ministerio IV?

EL CRITERIO DE SER IRREPENSIBLE
• En las Epístolas Pastorales hay explicaciones directas de los requisitos para el ministerio pastoral. 1 Timoteo 4.12 "...Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta, amor, espíritu, fe y pureza". Tit 1.6 agrega que el anciano debe ser irreprensible. Esta palabra significa imposible de asir, inexpugnable. William Hendriksen se refiere a esta cualidad diciendo, "los enemigos pueden proferir toda clase de acusaciones, pero cuando se aplican justos métodos de investigación, tales acusaciones resultan sin fundamento".
• El adulterio no es el único pecado que inhabilita a un pastor para volver a su cargo, pero es uno de los más visibles que plagan a la iglesia actual.
• Lo que es penoso en cuanto a este pecado es el abuso de poder que a menudo lo acompaña. Como resultado de la aventura del pastor, no sólo existe un profundo dolor en él, sino un dolor más intenso en la esposa del pastor. Éste, que ha recibido un cargo de honor a través del cual fue llamado a servir a personas vulnerables y que han sufrido abusos, con su proceder ha violado la confianza depositada en él.
• El pastor Michael Peers manifestó: "Es un problema de raíces profundas y sombrías", y a menudo está protegido por los demonios hermanos, "negación y control". Don Posterski declara: "Cuando el poder que tiene el pastor es usado para su gratificación sexual, constituye un abuso sexual de poder".
• Nos entristece que pocos líderes "caídos" reconozcan el abuso de poder inherente al adulterio pastoral. Y menos aún están dispuestos a hablar sobre la destrucción de la confianza como resultado de sus pecados. Muchos se escudan en conceptos psicoterapéuticos, tales como sanidad y recuperación, razones para volver al ministerio pastoral. Sin embargo, no expresan el genuino reconocimiento de la patología que se manifiesta en el abuso de poder.
• El consenso en la historia de la iglesia demuestra con firmeza que el adulterio pastoral hace que el pastor quede descalificado. El historiador Cari A. Volz en su libro “Vida y práctica pastoral en la iglesia primitiva” declara que la iglesia excluyó del ministerio a pastores como consecuencia del "desliz moral" y "herejía". Volz señala que la ordenación no protegía a los presbíteros; lo que había sido conferido podía ser quitado. El presbítero Hipólito, del siglo II, atacó la inmoralidad entre los líderes de la iglesia, e insistió en su inmediata remoción del cargo. El antiguo documento "La Enseñanza de los Apóstoles", de principios del siglo II, expresa que quien había sido ordenado como pastor o presbítero pero luego había desobedecido la Palabra de Dios, debía ser inhabilitado. La razón: Tal hombre había mentido al tomar sus votos de lealtad y pureza ante Cristo y su iglesia. Tal quebrantamiento de los votos de ordenación era considerado como una atroz contravención del tercer mandamiento.
• Los reformadores eran de la misma opinión. Calvino prescribió: "A fin de obviar todos los escándalos de conducta será necesaria la disciplina de los pastores... A la cual todos deben someterse. Esto ayudará a asegurar que el pastor sea tratado con respeto y que la palabra de Dios no sea deshonrada ni burlada por la mala fama de los pastores y ancianos. Además, como la disciplina será impuesta a quien la merece, no habrá necesidad de suprimir calumnias ni falso testimonio que injustamente se emita contra inocentes".
• Como hemos establecido, el cargo requiere que el pastor sea sin tacha. No hay duda de que 1 Tim 3.1–7 requiere, entre otras cualidades, que los episkopos (o ancianos de la iglesia) sean maridos de una sola mujer. Es decir, hombres de pureza moral cuya esposa es la única con quien tienen relaciones sexuales. Deben ser hombres que guardan el pacto de Dios y mantienen puro el lecho matrimonial (He 13.4). Pablo enfatizó a la iglesia en Éfeso, donde el pecado sexual era común entre los paganos, que la inmoralidad ni siquiera debía nombrarse en la iglesia (Ef 5.3).
o Esto no significa que un pastor debe ser casado para ejercer el pastorado, este requisito no tiene que ver con el estado civil de un pastor. La frase que se ha traducido como “marido de una sola mujer” es una frase que literalmente significa: varón de una mujer
o El énfasis no está en el estado civil del que anhela pastorado sino en la pureza sexual de él que anhela el pastorado. El pastor casado no puede jamás mezclarse ni sentimentalmente, físicamente con otra mujer que no sea su esposa. Esto significa que cuando un pastor ha cometido adulterio, ha dejado de cumplir con este requisito y por tanto está descalificado para seguir ejerciendo el pastorado.

• Lo trágico es que al quebrantar el pacto, hay un oprobio que perdura en el pastor caído, y esto tendrá consecuencias de largo plazo: "Mas el que comete adulterio es falto de entendimiento; corrompe su alma el que tal hace. Heridas y vergüenza hallará, y su afrenta nunca será borrada" (Pr 6.32–33).
• Una de las preguntas en cuanto a ser "irreprensible" es: ¿Es el conocimiento público del pecado la cuestión principal en cuanto a que el pastor sea irreprensible, o acaso hay algo en la naturaleza de este pecado que hace que el no tener tacha sea un asunto más importante que el conocimiento público? En otras palabras, ¿puede el hombre convertirse en irreprensible yendo a vivir a otra comunidad, a otra iglesia, y empezando otra vez de cero? En el nuevo lugar, otros no tendrán conocimiento de su fracaso pasado.
• Sin embargo, un cambio de lugar geográfico no disminuirá la culpa porque el pecado causa una desintegración total. Por lo tanto, es probable que salga a la luz, como lo explicara Juan Crisóstom: "Las fallas del anciano sencillamente no se pueden ocultar. Hasta las más triviales se han de conocer".
• Tal vez algunos puedan, eventualmente, volver a su cargo pastoral, quizás después de haber sido ordenados otra vez. Además, no puede probarse exegéticamente que un pastor caído nunca pueda ser restaurado a su cargo. Pero esto no va en contra de lo que entendemos correcto. La pregunta que la iglesia enfrenta no es qué podría suceder en casos excepcionales, sino cómo podemos ayudar a la mujer contra quienes ha pecado el pastor. La pregunta es cómo ministrar a la esposa e hijos del pastor, aquellos contra quienes más se ha pecado en esta caída. La pregunta es qué se puede hacer para preservar a la iglesia espiritual y qué haremos para que el pastor comience el proceso de reordenar su vida.
• El adulterio prueba que el pastor caído no puede servir con integridad. La cuestión no tiene que ver con ser útil a la iglesia ni con tener dones para predicar. Haber estado guiando al rebaño, predicando la Palabra, y al mismo tiempo haber cometido adulterio revela una grieta en el carácter (que envenena toda la vida). Un pastor que cayó en adulterio, escribió: "En mi caso, el fracaso moral fue el pecado visible ante la iglesia. Pero para mi vergüenza había muchas otras cuestiones que tal vez eran más odiosas para Dios que aquello que resultaba visible para los hombres. Lleva tiempo quitar estas cosas de raíz y reemplazarlas con características agradables para con Dios".
• Hay una advertencia en 1 Cor 9.25–27, donde Pablo advierte que la falta de restricción diligente en la carne puede llevar a la apostasía. Este peligro debe tomarse en cuenta al tratar con pastores que han caído. Consideremos cuán sutilmente el pecado sexual se infiltra en toda la personalidad. Es posible que las relaciones sexuales ilícitas sean el medio para alimentar el sentimiento de poder de una persona, su necesidad de afecto, la imagen de sí mismo, el sentirse deseado y atractivo al sexo opuesto, el impulso hedonista, o todo eso junto, y así advertiremos el peligro. Estamos convencidos de que el permanecer en ministerio público en ciertos casos fomentará un autoengaño más profundo que llevará a los hombres a la ruina eterna.

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