Pastores Luis y Marina Meléndez

Pastores Luis y Marina Meléndez
Pastores de la IBE Callao

sábado, 2 de agosto de 2014

Introducción a las epístolas generales II

1.      No aparecen simultáneamente, —como las del "corpus paulinum"— sino que cada una tiene su propio itinerario, hasta que llegó a ser incluida en el canon.
a.      La denominación Epístolas Generales es muy antigua. El Primero en usarla fue el antimontanista Apolonio (197 d.C.)[1],
b.      Le sigue  el apologista cristiano Orígenes (254 d.C.),  que llama generales a la  1 de Pedro, a la 1 de Juan y a la de Judas.
c.       Dionisio de Alejandría (265 d.C.)[2], distingue la  epístola de Juan de las otros dos libros que se le atribuyen (el evangelio y el apocalipsis).
d.      Otro que uso la denominación es Dídimo el ciego de Alejandría (395 d.C.)[3].
e.      Asimismo, el historiador Eusebio de Cesárea[4] Por lo que sabemos, el primero en mencionar las siete cartas y llamarlas "católicas" fue Eusebio de Cesarea[5]. Al referir los datos que posee acerca de Santiago el hermano de Jesus, finaliza diciendo: HE II, 23,24. "Todo esto es lo que se cuenta acerca de Jacobo, de quien se dice ser la primera de las epístolas llamadas católicas.  Sin embargo, hay que tener en cuenta que se la considera como no autentica, porque, entre los antiguos, no hubo muchos que mencionaran ni esta carta ni la llamada carta de Judas, la cual se encuentra entre las cartas que reciben el nombre de católicas. Sin embargo sabemos que estas dos cartas se leen en las Iglesias lo mismo que las otras".
f.        El traductor bíblico católico Jerónimo  citaron estas epístolas como universales
g.       Hacia el 360, el canon 59 del Concilio de Laodicea enumera estas cartas, agrupándolas a todas bajo el título de "epistolai katholikai".
2.      CANONICIDAD DE LAS SIETE EPÍSTOLAS. Respecto a su carácter de escrito inspirado, los Padres la citan como escrito sagrado, a partir del siglo III. Pero hay alusio­nes más anti­guas, incluso en las cartas de Pedro y de Judas[6]
a.      Cinco de ellas (Sant 2 de Ped, 2 y 3 de Jn y Jud) tuvieron problemas de canonicidad. Eusebio de Cesárea resume el pensamiento de los escritores de la iglesia oriental y los define con los libros discutidos, pero que son admitidos por la mayor parte de la iglesia.
b.      Euse­bio las llamaba “antilegómena”, discutidas [7] si bien recon­oce que es aceptada por la mayoría[8], y él, como testigo de la tradición palesti­nen­se, la considera anón­ima
c.       El primer testimonio explícito a favor de la canonicidad proviene de Orígenes (185-255)[9], que recoge una tradición egipcia que se remonta al si­glo II, en que ya era considera­da la carta como escritura sa­grada. A partir de Orígenes no hay duda en la comunidad ale­jandri­na.
d.      A partir del concilio provincial de Laodicea (hacia el año 360) apar­ece en todos los catálogos de lib­ros inspir­ados.
e.      En Occidente, a partir del S.IV se admiten como canónicas, como lo confirman el concilio provin­cial de Hipona (año 393) y los concilios III y IV de Cartago (años 397 y 419).  y el concilio Trulano (692 d.C.) que adopto el canon completo del Nuevo Testamento donde estaban incluidas estas  siete epístolas.
f.        En algunas igle­sias orientales, como la siria­ca, fue­ron disminu­yendo las dudas y, a partir del s.­ VIII, se puede afir­mar que son admitidas por toda la Iglesia como inspirados
g.      En el siglo XVI, algunos  protestantes volvieron con  las dudas respecto de algunas de estas epístolas, y negando su canonicidad. Como  Lutero, llamándola “epístola de paja”, la rechazó por­que veía en con­tra­dicción en­tre la doct­rina y  la doctrina de la jus­tifi­cación
h.      Pero otros reformadores, como Melac­hton y Calvino la aceptan[10]
i.        Por este motivo, la iglesia católica romana, en el concilio de Tridentino, definió su canonicidad. Corroborando y confirmando la tradición antigua[11]
3.      LUGAR Y ORDEN EN EL CANON DEL N.T.
a.      El lugar y orden que han ocupado en el canon del NT ha variado en el transcurso de los siglos. En los códices unciales del siglo IV, el Vaticano y el Sinaitico[12] se hallan colocados después de Hechos. En la Vulgata[13] están después del corpus Paulinum y antes del Apocalipsis. Este fue el orden adoptado por el concilio de Trento[14] y  por nuestras versiones modernas.  Algunos estudiosos creen que el orden interior de las epístolas es sugerido por las mención de  Gal 2:9 (Santiago, Pedro y Juan).
4.      CARÁCTER DE LAS EPÍSTOLAS
a.      Son  una especie de homilía pastoral presentadas en forma de cartas. El horizonte que abarcan es más vasto que el de las epístolas paulinas, porque se dirige a la colectividad de creyentes. Son el ejemplo de la enseñanza dada en las primeras iglesias locales, con estilo y forma impersonal,  como era de uso entonces entre los judíos y los paganos[15].
b.      Tienen diversos argumentos y diversas finalidades, pero en general se proponen refutar las herejías que comenzaba a escucharse  y a poner en guardia a los fieles contra los falsos maestros, que surgían en las iglesia del primer siglo.
c.       En general, podemos decir que Santiago y 1 Pedro son éticas, llamann a los creyentes a un santo caminar con el Salvador. Segunda de Pedro y Judas son escatológicas, advierten a los creyentes contra la presencia de falsos maestros y los llaman a contender por la fe. Hebreos y las Epístolas de Juan son principalmente Cristológicas y éticas, llaman a los cristianos para permanecer en Cristo como la revelación final de Dios y el cumplimiento del pacto del Antiguo Testamento, para experimentar Su vida, y no ir más allá de la verdad del evangelio[16]
5.      FECHAS DE REDACCIÓN DE LAS EPÍSTOLAS Santiago (40- 50 d. C.); 1y2 de Pedro (64 – 68 d.C.); Judas (69-75 d.C. ); 1,2,3 de Juan(80 d.C.)  
6.      DESTINATARIOS DE LAS EPÍSTOLAS
a.      En sus direcciones (con la excepción de 2 y 3 Juan) no se limitaron a una sola localidad. Por ejemplo, Santiago se dirige “a las doce tribus que están en la dispersión” (1:1) que es una designación para los creyentes de todas partes[17]. Así 1 Pedro se dirige “a los expatriados de la dispersión en el Ponto, Galacia, Capadocia, Asia, y Bitinia,” una designación a los creyentes en estas varias áreas. Las epístolas de 2 y 3 Juan han sido incluidas en este grupo aunque se dirigieron a individuos específicos.
b.      Santiago(a todo el imperio); 1 Pedro(Ponto, Galacia, Capadocia, Bitinia y Asia menor); 2 Pedro(Asia menor);  Judas(Asia menor); 1,2,3 Juan(Asia menor)
7.      CARACTERÍSTICAS LITERARIAS
a.      La de Santiago está escrita en griego esmerado, con reminiscencias semitas en el vocabulario como en el estilo. Vocabulario rico en aliteración, rima, frases rítmicas,  recurso a la diatriba. Por su exhortación práctica, más que una carta parece una homilía moralizante. El autor utiliza el legado de las tradiciones proféticas y sapienciales del AT, tratando de conservar dentro de la corriente cristiana valores que él consideraba amenazados
b.      Las cartas de Pedro están escritas en griego. La primera es un resumen del NT sobre la fe cristiana y la conducta que esta fe inspira; está escrita en tono seguro, alegre[18]. La segunda carta está elaborada con maestría; alterna exposición, exhortación y controversia; con estructura concéntrica que tiene a poner de relieve la polémica contra los falsos maestros, parte central de la carta. Esta segunda carta tiene las características propias del género literario “carta testamento”, donde un personaje, cercano a la muerte, reúne a los suyos para darles las últimas recomendaciones con el objeto de asegurar la permanencia del grupo, advirtiéndole sobre los peligros que lo amenazan. Para ello les recuerda el pasado y los conforta con la seguridad de que Dios seguirá actuando en el futuro
c.       La carta de Judas está en griego, rico en vocabulario y construcción clásica. Esta carta tiene todas las características de un folleto anti herético. Por tanto, pertenece al género literario “controversia”.



[1] Ibid
[2] Se desconoce la vida de Dionisio antes de su elección como obispo de Alejandría. Según una frase de una de sus cartas parece ser que era acomodado y que ejercía una brillante carrera civil antes de entrar en el clero. Escribió un canon pascual y otras obras perdidas, una de las cuales sobre las promesas mantenía que el apocalipsis de Juan no lo había compuesto el apóstol del mismo nombre. Información en Di Berardino, Angelo. Diccionario Patrístico y de la antigüedad Cristiana. Ediciones sígueme- Salamanca, España. Segunda edición. 1998. Página 436
[3] Las informaciones sobre la vida de este prolífico escritor del siglo IV no son muchas. Los conocimientos que manifiesta en sus obras suponen una memoria prodigiosa. Perdió la vista a los 4 o 5 años. (Ibid. Página 596)
[4] Nació en Israel, quizá en Cesarea por el 265 d.C. Se formó culturalmente en esta ciudad. Su producción literaria es notable y se desarrolla en diversos campos, desde la historia hasta la exegesis, filosofía, teología, apologética, etc. Mas información en  Di Berardino, Angelo. Diccionario Patrístico y de la antigüedad Cristiana. Ediciones sígueme- Salamanca, España. Segunda edición. 1998. Página 815
[5] Los orígenes de esta apelación no son claros antes de Eusebio de Cesárea: al principio parece que se designaba así a escritos en su mayoría no canónicos. Hay una mención en el canon de Muratori  (líneas 68-69) pero el pasaje es oscuro: "Entre los escritos católicos se cuentan una Epístola de Judas y dos del mencionado Juan y la Sabiduría, escrita por amigos de Salomón en honor del mismo. Apocalipsis solo recibimos el de Juan y el de Pedro, aunque este último algunos de los nuestros no quieren que sea leído en la iglesia" [Salvador MUROZ IGLESIAS, Doctrina Pontificia I. Documentos Bíblicos, Madrid (BAC 1955), 156]. Es  Orígenes y Dionisio de Alejandría quienes dan  el primer testimonio de una tal designaci6n aplicada a las primeras cartas de Pedro y de Juan y a la de Judas.
[6] Basta comparar, entre otros textos, Iac 1,1 con I Pet 1,1 y con Ids 1; Iac 1,18 con 1 Pet 1,23; Iac 1,2-3 con 1 Pet 1,6; Iac 4,6-10 con 1 Pet 5,5-9.
[7] Cfr. Eusebio de Cesarea, o.c., III, 25,3.
[8] Cfr. Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, III, 25, 3.
[9] Cfr. In Iesu Nave, Vll; In Ioann. comm. 19,6.
[10] Cfr. J.Calvino, Comm. in Iac., Brunsvingia 1897, p.58.
[11] José Salguero. O.P.  Epístolas Católicas y Apocalipsis. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid España. 1965. Pág. 2
[12] Los códices unciales Sinaitico y Vaticano, descubiertos  en 1859 y 1867, fueron los referentes  en el avance del estudio del texto del NT. Nuevo Diccionario Bíblico Certeza. Ediciones Certeza Unida. Bs. Aires, Argentina.2003. Página 1024
[13] Es la traducción de la Biblia  al latín de mayor importancia en la historia de la iglesia católica-romana, realizado por Jerónimo (346 d.C.) sobre el A.T.  A pedido del papa Dámaso I (366-384 d.C). La primera versión oficial fue publicada en 1598 y la actual versión revisada es la de 1979 recomendada por Juan Pablo II. Dirk Poganatz. Texto y Canon de la Biblia. Seminario evangélico de Lima. Lima, Perú. 2006.Pagina 50
[14] Concilio 1545-1563 d.C.  donde se oficializo la Vulgata como biblia de la iglesia católica Ibid. Página 51
[15] José Salguero. O.P.  Epístolas Católicas y Apocalipsis. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid España. 1965. Pág. 4
[16] Las Epístolas No Paulinas Study By: J. Hampton Keathley, III
[17] probablemente a esa fecha temprana todos eran cristianos judíos
[18] De esta carta es una de las exhortaciones más expresivas del Nuevo Testamento: “Estad siempre dispuestos a dar razón de vuestra esperanza a todo el que os pida explicaciones” (1 Pe 3, 15

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