Pastores Luis y Marina Meléndez

Pastores Luis y Marina Meléndez
Pastores de la IBE Callao

sábado, 2 de agosto de 2014

Introducción epístola de Santiago II

1.      LA EVIDENCIA INTERNA,
a.      Se puede ver en la epístola tiene referencias que reflejan la influencia de las enseñanzas de Jesús, especialmente el sermón del monte Sant  4:11 y Mat 7:1, 2; Sant 1:22 y Mat 7:24-27. Pero el argumento no es concluyente, pues esto se podría decir de cualquier discípulo, pero no de cualquier Jacobo. Harrison estima que la sintaxis de la epístola es más semita que griega.[1] Las ilustraciones que se observan son tomadas del Antiguo Testamento, cuando utiliza nombres como el de Abraham, Isaac, Rahab, Job y Elías, se refiere además a la ley sin distinciones si era la de Moisés o la de Cristo, más bien mirándola como un todo. En el (5:4) hace una referencia de Jehová de los ejércitos y de hebraísmos tales como: “Elías oró con oración”; al igual que la referencia a higuera (3:12). La acusación de adulterio espiritual, es una semejanza con las acusaciones hechas por los profetas de Israel. El saludo de Hech 15:23, con el de la epístola 1:1 son similares y no frecuentes en el Nuevo Testamento. Existen palabras como lo expone TD Lea[2] como volverse a Dios en Hech 15:14 es la misma expresión usada en Sant 5:19-20
b.      Un factor es que a pesar de ciertas frases de corte helenista  Sant 1.17, 23; 3.6, la epístola muestra rasgos hebraicos y usa preguntas retóricas, diálogos imaginarios y aforismos didácticos que tienden a señalar como autor a Santiago, judío cristiano.
c.       Además, hay ciertas semejanzas lingüísticas entre el discurso de Santiago en el Concilio de Jerusalén (Sant  1.1 con Hech 15.23; Sant  1.27 con Hech 15.14; Sant  2.5 con Hech 15.13; Sant 2.7 con Hech 15.17). El autor residió en Jerusalén, desde Pentecostés hasta su martirio 32 años después, según lo relata Josefo[3].
2.      EVIDENCIAS EXTERNAS
a.      Durante todo el siglo II no se encuentran vestigios claros de la carta de Santiago. No aparece en el Canon de Muratori que si menciona como cartas "católicas" a Judas y a dos cartas de Juan[4]
b.      Eusebio no la considera auténtica "porque, entre los antiguos, no hubo muchos que mencionaran ni esta carta ni la llamada carta de Judas[5]". Pero reconoce que se lee públicamente en la Iglesia. En su "canon" la ubica entre los escritos "discutidos[6]
c.       Fue Orígenes de Alejandría[7] (185-254 d.C.) quien por primera vez hace referencia a la Epístola en sus escritos, y menciona a Santiago hermano del Señor como el autor[8]
d.      Otro testimonio es Eusebio de Cesárea que le atribuía la paternidad de la Epístola al hermano de Jesús[9].
e.      Antes de Orígenes no poseemos testimonios explícitos que atribuyan la epístola a Santiago hermano del Señor. Sin embargo, es utilizada por Clemente Romano[10], por el Pastor de Hermas[11], Justino[12], Ireneo[13], Tertuliano[14] y Clemente Alejandrino, que la cita con frecuencia, e incluso hizo un comentario sobre ella[15]
f.        En las Iglesias Siria y Antioquena fue un escrito discutido: Diodoro de Tarso —la figura mas destacada de la iglesia antioquena— no utilizo la carta de Santiago y no admitió más que 1 Ped y 1 Jn. Tampoco la reconoció Teodoro de Mopsuestia, pero si su discípulo Juan Crisóstomo. En la Iglesia Siria, si bien el texto fue aceptado en la Peshitta junto con 1 Ped y 1Jn— siguió siendo un escrito discutido (fue cuestionado principalmente por los nestorianos).
g.      Orígenes de Alejandría (185-254 d.C.) quien por primera vez hace referencia a la Epístola en sus escritos, y menciona a Santiago hermano del Señor como el autor
h.       Otro testimonio es Eusebio de Cesárea que le atribuía la paternidad de la Epístola al hermano de Jesús[16].  Y afirma que en su tiempo la mayor parte de las iglesias del Oriente leían públicamente la epístola que se atribuye a Santiago[17]
i.        Otros que usaron la epístola en sus escritos fueron Clemente Romano[18], la cita en su Primera Carta a los Corintios cap. 10 con Santiago 2:21, 23, y cap. 11 con Santiago 2:25; Hebreos 11:31)
j.        El pastor de Hermas  cita Santiago 4:7
a.      Justino Martir[19],
b.      Ireneo[20] cito se refiere a Santiago 2:23[21],
c.       Tertuliano, y Clemente Alejandrino que hizo un comentario sobre la epístola[22]. Hilario de Poitiers (357 d.C.), Atanasio (367 d.C.), Jerónimo (404 d.C.) y Agustín de Hipona.
d.      Efrem Siro[23] cita Santiago 5:1
e.      Hilario cita la epístola de Santiago a propósito de textos de los cuales abusan los herejes. Y da a Santiago el título de apóstol[24]. Del mismo modo se expresa el Ambrosiáster, hacia el año 375[25]. El concilio de Roma, reunido en el año 380 por Dámaso, contiene en su canon la epístola de Santiago[26]
f.        Más la inclusión en el Nuevo Testamento en la versión siriaca, conocida como la Peshita[27],  la que no contiene ninguno de los libros cuestionables[28].
g.      Jerónimo es testigo de que en el siglo V se atribuía el texto a "Santiago el hermano del Señor" (aunque se dudaba de su autenticidad): "Santiago, llamado hermano de Jesus [...] escribió  una carta, que es una de las siete católicas, pero se dice que fue escrita por otro con su nombre y que, lentamente, con el correr del tiempo, fue obteniendo autoridad[29]".
h.      Después del siglo IV la tradición se puede considerar casi unánime. Las dudas sobre la autenticidad y canonicidad de la epístola fueron debidas, al parecer, a la incertidumbre sobre el apostolado de Santiago hermano del Señor[30].
i.        En el siglo XVI volvieron a surgir ciertas dudas a propósito del autor de la epístola más bien que sobre su canonicidad. Erasmo y el cardenal Cayetano dudaron de que hubiera sido compuesta por Santiago hermano del Señor[31].
j.        Lutero la llama "epístola de paja," y la retiró ¿el canon como contraria a su doctrina de la justificación por la sola fe[32].
k.       Sin embargo, los otros reformadores: Melanchton, Zwinglio, Calvino, alaban la doctrina y la utilidad de la epístola de Santiago y reconocen su carácter inspirado[33].
l.          El concilio Tridentino definió solemnemente la canonicidad de la epístola[34]
m.    “El punto de vista que ha sido mantenido a lo largo de los siglos por los que han investigado este tema sin la influencia de prejuicios teológicos o eclesiásticos ha sido que Santiago, el hermano del Señor, es el autor de la Epístola que lleva su nombre”[35]
n.       La carta de Santiago está incluida en el Manuscrito Vaticano núm. 1209 y en los manuscritos Sinaítico y Alejandrino de los siglos IV y V E.C. También aparece en laVersión Peshitta siriaca y al menos en diez catálogos antiguos anteriores al Concilio de Cartago del año 397

3.      OPINIONES CONTRARIAS A LA AUTORÍA DE SANTIAGO: La dificul­tad que suele aduc­irse de que utiliza lenguaje griego muy perfec­to, poco normal en un habitante de Israel, se expli­ca si, como era frecuente en la época, Santiago utilizó un secre­ta­rio o amanuense versado en griego

a.      Ante estos datos no se mantiene la hipótesis de al­gunos co­men­taristas que han asignado la carta a un autor ju­dío anónimo pre-cristiano del si­glo I a.C., admitiendo que despu­és se hicie­ron algunos retoques “para cristianizarla”.

b.      Tam­bién carece de fundamento serio la llamada hipótesis pseudoepig­ráfica, es decir, la de quienes piensan que fue escrita a finales del si­glo I o principios del II d.C. por un autor descono­cido que, para dar autoridad a su obra, la asignó a San­tiago. La mayoría de los ar­gumentos son de tipo interno, muy problemáticos, sin tener en cuenta, por otra parte, el testimonio de la tradición que atribuye este escrito a Santiago el hermano del Señor. Es utili­zada por Clemente Romano[36], por el Pastor de Hermas[37], S.Justino[38], Ireneo[39], etc.

4.      CANONICIDAD Respecto a su carácter de escrito inspirado, ya hemos visto como los Padres la citan como escrito sagrado, sobre todo a partir del siglo III. Pero hay alusio­nes más anti­guas, incluso en las cartas de Pedro y de Judas[40].

a.      El primer testimonio explícito a favor de la canonicidad proviene de Orígenes (185-255)[41], que recoge una tradición egipcia que se remonta al si­glo II d.C., en que ya era considera­da la carta como escritura sa­grada.

b.       A partir de Orígenes no hay ninguna duda en la comunidad ale­jandri­na. Eusebio de Cesarea men­ciona la carta entre los es­cri­tos antilegomena, “discutidos” , si bien recon­oce que es aceptada por la mayoría[42], y él mismo, como testigo de la tradición palesti­nen­se, la considera anón­ima.

c.        A partir del concilio provincial de Laodicea (360) apar­ece en todos los catálogos de lib­ros inspir­ados.

d.       Desde enton­ces no ha habido dudas acerca de su can­onicidad hasta el si­glo XVI se puso en duda de nuevo la autenticidad, más que a su canonicidad. Así Erasmo y Cayetano dudaron en relación con la persona de Santiago. Por su parte Lutero, llamándola “epístola de paja”, la rechazó por­que veía con­tra­dicción en­tre la doct­rina de la carta y su teo­ría de la jus­tifi­cación. Por el contrario, otros reformadores, como Melac­hton y Calvino la aceptan[43].

e.      El Con­cilio de Trento, fundado en la tra­dición multi­secu­lar de la Ig­les­ia, definió solemnemente su cano­nicidad.

5.      SU LABOR MINISTERIAL

a.      Predicador Gal 1:9

b.      Columna de la Iglesia Gal 2:9

c.       Maestro de la iglesia  Sant 3:1

d.      Apóstol No en el sentido de los Doce Gal 1:19; 2:9

e.      Escritor Sant 1:1

6.      SU MUERTE Josefo menciona la muerte del hermano de Jesús en manos del sumo sacerdote Anás ben Anás o Ananus (Ananías), hijo del Anás bíblico, el cual no es el Ananías ben Nebedeo que enjuició al Apóstol Pablo:

a.      Ananías era un saduceo sin alma. Convocó al Sanedrín en el momento propicio. El procurador Festo había fallecido. El sucesor, Albino, no había tomado posesión. Hizo que el sanedrín juzgase a Santiago, hermano de Jesús, quien era llamado Cristo, y a algunos otros. Los acusó de haber transgredido la ley y los entregó para que fueran apedreados[44].

b.      La historiografía data este evento el año 62. Hegesipo, historiador del siglo II confirma la historia de Josefo, pero Hegesipo cita a Eusebio de Cesarea  él dice que Santiago el Justo no alcanzó a ser apedreado, sino que fue lanzado al precipicio[45]: Santiago era llamado El Justo. La gente estaba segura de que nunca había cometido un pecado grave. Jamás comía carne, ni tomaba licores. Pasaba tanto tiempo arrodillado rezando en el templo, que al fin se le hicieron callos en las rodillas. La gente lo llamaba: El que intercede por el pueblo. Muchísimos judíos creyeron en Jesús, movidos por las palabras y el ejemplo de Santiago. Por eso el Sumo Sacerdote Anás II y los jefes de los judíos, un día de gran fiesta le dijeron: "Te rogamos que ya que el pueblo siente por ti grande admiración, te presentes ante la multitud y les digas que Jesús no es el Mesías o Redentor". Y Santiago se presentó ante el gentío y les dijo: "Jesús es el enviado de Dios para salvación de los que quieran salvarse. Y lo veremos un día sobre las nubes, sentado a la derecha de Dios". Al oír esto, los jefes de los sacerdotes se llenaron de ira y decían: "Si este hombre sigue hablando, todos los judíos se van a hacer seguidores de Jesús". Y lo llevaron a la parte más alta del Templo y desde allá lo echaron hacia el precipicio. Santiago no murió de golpe, sino que rezaba de rodillas diciendo: "Padre Dios, te ruego que los perdones porque no saben lo que hacen".


CIRCUNSTANCIAS:
1.      En el seno de las iglesias del siglo I existían desigualdades sociales. Estas daban ocasión a envidias y a injusticias entre ricos, como los agricultores, Sant  5.1-6 y pobres Sant 4.13.17. Algunos  se disculpaban  de hacer buenas obras a favor de los necesitados e incluso negaban el salario al obrero y esclavizaban al justo Sant 5.4-6
2.      Santiago condena el materialismo de los ricos en la iglesia, a quienes acusa de ignorar a Dios y de autosuficiencia. Por otro lado, habían logrado enriquecerse apoderándose poco a poco de la tierra de los campesinos. La mayor parte de la población rural estaba constituida por campesinos empobrecidos, que subsistían en base a una pequeña parcela, o que hipotecaron o vendido en beneficio de los ricos. “Privados de sus tierras, estos campesinos pobres solo podían sobrevivir como jornaleros o arrendatarios,  muchas veces en la misma tierra que alguna vez les había pertenecido. Allí continuaban siendo objeto de la explotación económica de los ricos”[46].
3.      El fin de Santiago fue el de corregir las costumbres en las cuales habían caído algunos miembros de la iglesia a la cual se dirigía la carta y el de encaminarlos en la práctica de los principios de su nueva fe. Pablo Deiros dice: “El autor haciendo punto omiso de doctrina, inculca el bien vivir, la vida practica del cristianismo. Este escrito tiene que ver con la vida diaria, y no deja lugar al escapismo moral o a las especulaciones teológicas”[47].
4.      En síntesis, el autor exhorta a apoyar mediante un testimonio practico la profesión que hacían de labios en el orden moral y social. Es evidente que Santiago consideraba las obras como parte integral de la fe




[1] Op. Cit. P. 394.
[2] D. Lea. Trasfondo del NT. P. 538.
[3] Judío nacido en el 37/38 d.C. y muerto a principios del siglo I. famoso por escribir obras de gran envergadura (20 tomos) como “antigüedades Judías” y historia de la Guerra de los Judíos, entre otras,  que muestra la historia judía desde sus épocas primitivas hasta sus propios días.
[4] En su comentario a Juan 8,14. Se refiere a ella como "la denominada carta de Santiago"  y hace notar que la carta no es aceptada universalmente. Llama la atención que Clemente de Alejandria —que debió haber conocido la carta— no la mencione en los escritos que de se han conservado
[5] HE II 23,25
[6] HE III 25,3
[7] Nació cerca del año 185 y murió en el 254 de nuestra era
[8] Comentario sobre San Juan 1:19; 4. 306
[9] Evis L. Carballosa. Santiago Una fe en acción. Publicaciones Portavoz Evangélico. España. 1986. Página 60
[10] Ep. ad Cor. 10:1; 30:2 = Sant 2:23; 4:6: PG 1:228:269 Clemente Romano. Anciano en la iglesia de roma. Escribió una carta a la iglesia de corintio. Vivió entre el 30-100 d.C.(Barbieri, Louis A. Primera y Segunda de Pedro. Publicaciones Portavoz evangélico. Gran Rapids, Michigan, USA. 1981)
[11] Comparar Mand. 9:1-10 (Funk, 496-498) con Sant 1:5-8; Sim. 8:6:4 (Funck, 568) con Sant 2:7
[12] Cf. Dial, cum Tryphone 49:8: PG 6:585, en que alude a Sant 2:19; en Dial, cum Try-phone 100:8: PG 6:712 = Sant 1:15; en Apología 1:16:5: PG 6:353 = Sant 5:12 Empezó en una escuela de Roma donde más tarde fue martirizado. Vivió ente 100-165  d.C. (Ibid)
[13] Adv. haer. 4:16:2 y 5:1:1: PG 7:1016.1121, en donde alude a Sant 2:23 y 1:18 Obispo de Esmirna. Denuncio las herejías de varios tipos de gnosticismo. Vivió entre  el 104-203 d.C. (Ibid)
[14] De orat. 8: PL 1:1164, V Adv. ludaeos 2: PL 2:600, se refiere a Sant 1:13; 2:23
[15] Cf. Sírom. 4:17:105: PG 8:1313 = Sant 2:25. Véase Eusebio, Hist. Eccl 6:14:1: PG 20:549  José, Salguero, O.P. Epístolas Católicas. Apocalipsis. Pagina. 9
[16] Evis L. Carballosa. Santiago Una fe en acción. Publicaciones Portavoz Evangélico. España. 1986. Página 60
[17] Cf. Hist. Eccl 2:23:25: PG 20:205
[18] Clemente Romano. Anciano en la iglesia de roma. Escribió una carta a la iglesia de corintio. Vivió entre el 30-100 d.C.(Barbieri, Louis A. Primera y Segunda de Pedro. Publicaciones Portavoz evangélico. Gran Rapids, Michigan, USA. 1981)
[19] Empezó en una escuela de Roma donde más tarde fue martirizado. Vivió ente 100-165  d.C. (Ibid)
[20] Obispo de Esmirna. Denuncio las herejías de varios tipos de gnosticismo. Vivió entre  el 104-203 d.C. (Ibid)
[21] Haereses, 4. 16. 2
[22] José, Salguero, O.P. Epístolas Católicas. Apocalipsis. Biblioteca de Autores Cristianos. Madrid, España. 1965. Pag. 9.
[23] m. año 379; Opp. Graec. 3. 51
[24] Cf. De Trinitate 4:8: PL 10:101
[25] Cf. In Gal. 5:10: PL 17:366
[26] D 84
[27] Rudd, A.B. Las Epístolas Generales. 2da Edición. Casa bautista de Publicaciones. El paso, Texas, USA. 1952. Pag. 15
[28] Antilegómena, Eusebio, 3. 25
[29] De Viris Illustribus 2 —PL XXIII 609
[30] Algunos escritores españoles, como Isidoro De Sevilla, De ortu et obitu Patrum 71: PL 83:151 y 85:540; G. Sánchez, De profectione S. lacobi in Hispaniam tr.3, atribuyen la epístola a Santiago el Mayor. También Dante (Paradiso c.25) se hace eco de esta opinión
[31] Cf. E. Jacquier, Le N. T. dans l'Église chrétienne vol.1 (París 1911) p.362-366
[32] Cf. M. Meinertz, Luthers Kritik am Jak. nach dem Urteile seiner Anhdnger: Biblische Zeitschrift 3 (1905) 273-286
[33] Cf. J. Calvino, Comm. in íoc. (ed. Brunsvigiae 1897) P-58; E. Jacquier, o.c. I 0.37.3-381
[34] In 505.4 (8 abril 1546): D 784
[35] Evis L. Carballosa. Santiago Una fe en acción. Publicaciones Portavoz Evangélico. España. 1986. Página 62
[36] Cfr. Epístola a los Corintios, 10,1; 30,2 en relación con Iac 2,23; 4,6.
[37] Cfr. Mand. 9,1-10 en relación con Iac 1,5-8; Sim. 8,6,4 con Iac 2,7.
[38] Diálogo con Trifón, 49,8 en que alude a Iac 2,19. En Apologia I,16,5 en relación a Iac 5,12.
[39] Adversus haereses 4,16,2 y 5,1,1 se alude a Iac 2,23 y 1,18.
[40] Basta comparar, entre otros textos, Iac 1,1 con I Pet 1,1 y con Ids 1; Iac 1,18 con 1 Pet 1,23; Iac 1,2-3 con 1 Pet 1,6; Iac 4,6-10 con 1 Pet 5,5-9.
[41] Cfr. In Iesu Nave, Vll; In Ioann. comm. 19,6.
[42] Cfr. Eusebio de Cesarea, Historia Eclesiástica, III, 25, 3.
[43] Cfr. J.Calvino, Comm. in Iac., Brunsvingia 1897, p.58.
[44] Antigüedades judías, 20.9.1
[45] Historia eclesiática2:23
[46] Deiros, Pablo. Comentario Bíblico Hispanoamericano. Santiago y Judas. Editorial Caribe. Miami, USA. 1992. Pagina.35
[47] Deiros, Pablo. Comentario Bíblico Hispanoamericano. Santiago y Judas. Editorial Caribe. Miami, USA. 1992. Pagina.40

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