13. Errores comunes:
a. Un error común, de modo especial en el movimiento profético es el de compara a los profetas del Antiguo Testamento como los modelos de los profetas del Nuevo Testamento, dándoles en algunos casos, la misma infalibilidad que se exigía al profeta antiguo testamentario.
b. Otro error es el levantamiento de las llamadas “Escuelas de Profetas” imitando la experiencia fallida de Samuel y Eliseo, que como declara la Escritura, esta no prospero.
c. El igualar la unción del sacerdocio levítico como normativo en la vida y experiencia cristiana, de modo especial, en la unción de los llamados apóstoles o profetas.
14. Principio hermenéutico: Sola Escritura. Desde la reforma, la iglesia cristiana ha tenido una serie de afirmaciones, aceptadas de modo total, entre ellas, la más importante es llamada “La sola Escritura” Ante este principio los propulsores del movimiento apostólico y profético cometen algunos errores como:
a. La preeminencia de la experiencia individual: Este problema estaba presente en las iglesias como el caso de Corinto, que con el surgimiento de líderes carismáticos que anteponen sus experiencias personales particulares a otro criterio de interpretación bíblica. Las experiencias carismáticas han sido convertidas en claves hermenéuticas para la lectura de la Biblia, promoviendo una fenomenología religiosa justificada, no por la Palabra de Dios, sino por las experiencias. De ese modo han surgido nuevas formas sacramentales de ministrar la unción del Espíritu Santo y formas nuevas de señales para determinar su presencia.
b. El énfasis en el éxito del crecimiento numérico: el concepto de lo que es bueno o malo está siendo subordinado al éxito o no que se tenga en el crecimiento numérico o en la prosperidad material. Así, si una Iglesia crece, tiene éxito y prosperidad material es señal de que Dios está con ella, de que está siendo "bendecida". Desde esta realidad se lee la Biblia. Ya no es la Biblia la que determina si las actitudes de la Iglesia son buenas o malas, sino el éxito numérico o material.
c. La defensa de "La Sana Doctrina": Se hace alusión a "la Sana Doctrina" como una especie de "Magisterio" de modo especial de los defensores del movimiento apostólico y profético. La "Sana Doctrina" viene a ser "la verdad", entendida como la única posible y como señal de "la verdadera" o una Iglesia “Avivada por el Espíritu Santo”. La "la pureza de la doctrina" ha llevado a actitudes separatistas, farisaicas, sectarias, de falta de amor y respeto por otros cristianos. El peligro real es el "gueto doctrinal". Muchos cristianos están siendo encerrados en los límites de sus propias congregaciones de carácter apostólico, negándoseles el derecho al diálogo con otros cristianos, y a la posibilidad de otras interpretaciones distintas a las de su iglesia. El impacto negativo de esta supuesta "defensa de la fe" sobre la Unidad del Pueblo de Dios ha sido escandaloso. Esta negativa al diálogo esconde un verdadero desconocimiento de la Palabra de Dios
d. El problema del analfabetismo bíblico: este punto es la base de todos los anteriores. Las Iglesias evangélicas eran consideradas las Iglesias del Libro. Decir "evangélico" era sinónimo de conocimiento de la Biblia. La realidad hoy es que muchos evangélicos que asisten regularmente a las actividades litúrgicas de las iglesias manifiestan un profundo analfabetismo bíblico. Cada vez más aumenta el número personas que no llevan sus Biblias al culto, lo que era una de las señas de identidad. Si la Biblia se desconoce no se puede vivir, si no se vive no se experimenta su poder y beneficios, tampoco se comparte con otras personas.
CONTINUARÁ
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