Pastores Luis y Marina Meléndez

Pastores Luis y Marina Meléndez
Pastores de la IBE Callao

domingo, 3 de febrero de 2008

Efesios manual para vivir bien: La relacion familiar


LA SITUACIÓN DE LA FAMILIA.
La situación de la humanidad se debe a varios factores:
· La naturaleza perdida del hombre:
· El sistema satánico, que es la búsqueda de lo mejor para las persona sin considerar a los demás.
· La filosofía humanista, que se traduce en el principio satánico: “Tu valor está determinado por lo que tienes”

LA RELACIÓN CON LOS PADRES.
Principio general: Someterse unos a otros.
Aplicación: Someterse es reconocer las necesidades del otro y suplirlas.
1. ¿A quienes se dirige el mandato? A los hijos, término que abarca a todos los hijos sin distinción de ningún tipo.
a. A los menores de edad.
b. A los que son mayores y viven en la casa, sean dependientes o no.
c. A los que ya no viven en la casa paterna.
2. Primer principio: Obedecer en el Señor a los padres. Este tiene que ver con la que es visible, con las acciones a la vista de todos.
a. Obedecer significa ponerse debajo de, lo que implica la disposición de reconocer la autoridad del que habla y la disposición de obedecer.
b. En el Señor indica que
i. La obediencia es debida en todo aquello que no transgreda los principios divinos.
ii. Es una obediencia como se da al Señor
c. ¿Alguna excepción? Si, cuando los padres piden a sus hijos el hacer lo que es malo y pecaminoso. Hech 4:19-20
3. Segundo principio: Honrar al padre y a la madre: Este tiene que ver con la que es invisible, con las actitudes del corazón.
a. ¿Qué es honrar? Es tener en gran estiva, valorar con el máximo respeto. Es el mismo término que se usa para mostrar el respeto, estimación y honor que se da a Dios.
b. Es el primer mandamiento que se relaciones a las relaciones humanas, enseñando que la familia es el primer lugar donde se debe mostrar el principio de respeto.
c. Se da igual respeto y honor a ambos, tanto al padre como a la madre, tanto que existía el mandato de muerte a quien dañara a sus padres Exo 21:15; Lev 19209.
4. ¿Por qué? Porque para Dios, ambos son responsables de los hijos, ambos están en el mismo nivel de honra.
a. Porque esto es justo.
i. Lo justo está determinado por quien tiene las normas absolutas: Dios.
ii. Se refiere a todo lo que es correcto
b. Porque es un mandamiento: Esta sería una sola y única razón para honrar, pero la bondad de dios ha añadido a este mandato, la promesa de bendiciones que aseguran el futuro.
c. Porque es un mandamiento con promesa:
i. Para que te vaya bien: Se refiere a la calidad de vida y se refiere a todas las bendiciones espirituales, emocionales, físicas. Implica que el éxito es parte del resultado de la honra a los padres.
ii. Para ser de larga vida sobre la tierra: Cada uno tiene un día señalado por Dios para partir de este mundo. La actitud para con los padres determina que esa hora se acorte o se alargue.
d. Porque agrada a Dios Col 3:20
5. La tristeza de un hijo que no honra a su padre: Prov. 10:1; 17:21; 19:13, 26; 28:24
a. Un problema presente: Se enfatiza en los derechos de los niños, lo cual está bien y es necesario frente al abuso que se da en muchos casos y esferas.
b. Sin embargo es indispensable balancear el concepto enseñando los deberes de los hijos.
c. La pérdida del balance perjudica a todos: A los que están en cualquier lado de la balanza.

LA RELACIÓN CON LOS HIJOS.
Principio general: Someterse unos a otros.
Aplicación: Someterse es reconocer las necesidades del otro y suplirlas.
1. Los hijos son bendición de Dios. Gen 4:1, 25; Sal 127:3-5
2. El mandato es a los padres, incluye a los dos, padre y madre. Desde ya se nota lo impactante de la enseñanza entendiendo los tiempos en que Pablo vivía.
3. El mandato negativo: No provocarlos a ira:
a. Contexto histórico. En aquellos tiempos los padres poseían la patria potestad, por el cual el padre podía disponer de la vida de los hijos de modo absoluto. Al nacer el niño era puesto a los pies del padre para que decidiera el destino de ese niño. Si lo aceptaba, lo levantaba del suelo y formaba parte de la familia. Si era rechazado, era puesto a las puertas de la casa done eran recogidos y puestos a disposición de abusadores, quienes lo podían esclavizar, dedicar a la prostitución.
b. ¿Cómo se puede provocar a ira?
i. El maltrato físico, el cual es cubierto como disciplina.
ii. El maltrato emocional. Por medio de la comparación, avergonzarlos delante de otros etc.
iii. La sobreprotección, donde los padres quieren determinar cada aspecto de la vida del hijo.
iv. El favoritismo de un hijo sobre otro. Es el caso de Jacob y José.
v. El perfeccionismo de los padres. Cuando los padres consideran que todo lo que el hijo realiza nunca está bien.
vi. La falta de reconocimiento, valoración y aceptación. Los hijos necesitan que los padres reconozcan el valor de hijo. Que los padres lo valoren por lo que son. Que los acepten tal como son.
vii. Cuando los padres manifiestan que los hijos son el estorbo en sus vidas. Es por los hijos quienes tiene que trabajar etc. Son vistos como si mejor no hubieren nacido.
viii. Es no permitirlos que crezcan al ritmo normal. Puede ser de dos maneras, mimándolo haciéndolo sentir que es un niño (aunque tenga 40 años) o exigirlos que se comporte como de cuarenta cuando tienen doce.
ix. Es mostrarle amor solo cuando los hijos agradan a los padres. Hace del ser amado resultado de la conducta.
4. El mandato positivo: Criarlos:
a. En la disciplina del Señor: Es el trabajo de discipular al hijo. Esto implica trasmitir vida, encaminarlos por un sendero de vida que Dios ha establecido para ellos.
b. Criarlos en la amonestación del Señor: Amonestar es poner en la mente de los niños las verdades de Dios. Y la mejor manera de hacer que los principios bíblicos queden grabados en la mente de los hijos es por medio del ejemplo de los padres. Los hijos aprenden mas por lo que ven que por lo que escuchan.

Papá ... yo quiero ser como tú[1]

Mi hijo nació hace pocos días, llegó a este mundo de una manera normal... Pero yo estaba de viaje ... ¡tenía tantos compromisos!

Mi hijo aprendió a comer cuando menos lo esperaba, y comenzó a hablar cuando yo no estaba... ¡Cómo crece mi hijo! ¡Cómo pasa el tiempo!

A medida que crecía, mi hijo me decía:

— ¿Papá, algún día seré como tú? ¿Cuándo vuelves a casa, papá?— No lo sé, hijo, pero cuando regrese, jugaremos juntos; ya lo verás.

Mi hijo cumplió diez años hace pocos días y me dijo:

— ¡Gracias por la pelota, papá!, ¿quieres jugar conmigo? — Hoy no hijo; tengo mucho que hacer.— Está bien papá, otro día será.

Otro día:- Papá tienes reunión en el Colegio.- ¿A qué hora?- a las seis...- Lástima: no puedo ir tengo una reunión. Cómo me gustaría asistir.Se fue sonriendo, siempre en sus labios las palabras: «Yo quiero ser como tú».

Mi hijo regresó de la Universidad el otro día, todo un hombre. — Hijo, estoy orgulloso de ti, siéntate y hablemos un poco.— Hoy no papá, tengo compromisos. Por favor, préstame el auto para visitar a algunos amigos.

Ahora ya estoy jubilado, y mi hijo vive en otro lugar. Hoy lo llamé:

— !Hola hijo, ¿cómo estás? ¡Me gustaría tanto verte! – le dije.— Me encantaría, padre, pero es que no tengo tiempo. Tú sabes, mi trabajo, los niños... !Pero gracias por llamar, fue increíble oír tu voz!

Al colgar el teléfono me di cuenta que mi hijo había llegado a ser como yo ...
Como Criar un Niño para Dios[2]
1. Pide a Dios por tu hijo antes de su nacimiento, y continúa pidiendo por él toda su vida. I Sam 1:11,27,28; Sal 71:6; Gál 1:15; II Tim 1:5
2. Examina tus expectativas para tu hijo. ¿Son realistas? Gén 33:12-14; I Cor 13:11; Mat 18:10
3. Amalo sin condiciones. Deuteronomio 7:7; I Juan 4:19; I Juan 4:10
4. Busca oportunidades para alabarle y felicitarle. Expresa tu aprecio hacia él a menudo Fil1:3; I Tes 1:2; II Tes 1:3
5. No le critiques antes de decirle sus puntos fuertes. I Corintnios 1:3-13
6. Dale la libertad para tomar decisiones donde no haya serias consecuencias. Tu meta es su madurez, no su dependencia total en ti. Prov 22:6; Col 1:27-28; Efe 4:13-15; 6:4
7. No lo compares con otros, especialmente con sus hermanos. Gál 6:4; II Cor 10:12,13; I Cor 12:4-11
8. No lo ridiculices. No lo menosprecies. No lo llames por nombres como tonto ni torpe. Mat 7:12; Efe 4:29,30; Col 4:6; Prov 12:18; 16:24
9. No lo corrijas enfrente de otros. Mateo 18:15
10. No hagas promesas ni amenazas que no puedas ni vayas a cumplir. Mat 5:37; Sant 5:12; Col 3:9
11. No tengas miedo a decir “no”, y cuando lo digas, sé firme. Gén 18:19; Prov 29:15; 22:15; I am 3:13; I Rey 1:6
12. Cuando tu hijo tiene problemas o es un problema, no sobre-reacciones ni pierdas control de ti mismo. No le grites. Efe 4:26,27; I Cor 16:14; II Tim 2:24,25
13. Comunica optimismo y esperanza. No comuniques por palabra ni acción que te has rendido al hecho de que tu hijo va a ser un fracaso. File 21; II Cor 9:1,2; I Cor 13:7
14. Asegúrate que tu hijo sabe perfectamente lo que esperas de él. Miq 6:8
15. Píde su consejo. Inclúyelo en algunas de las discusiones de las actividades de la familia. Rom 1:11,12; II Tim 4:11,12; Jn 6:5,6
16. Cuando te equivocas con tu hijo, confiésaselo y pídele perdón. Mat 5:23,24; Sant 5:16
17. Escucha algunas de las ideas de tu hijo en cuanto a vacaciones, quehaceres, problemas, disciplina, etc. Sal 128; Prov.18:13,17
18. Estudia las áreas de fuerza en tu hijo, y anímalo a desarrollarlas más. Empieza con una de las áreas. II Tim 4:5; I Ped 4:10
19. Dale mucho amor. Sé libre en la expresión de tu amor en palabras y actos. I Cor 13:1-8; 16:14; Jn 13:34,35; I Tes 2:7,8
20. Preocúpate más por las actitudes y el carácter de tu hijo que por su habilidad atlética, su ropa, belleza o inteligencia. I Sam 16:7, Gál 5:22,23; I Ped 3:4,5; Prov 4:23; Mat 23:25-28
21. Disfruta a tu hijo. Planea actividades con mucha diversión. Efe 6:4; Col 3:21; Ecle 3:4
22. Ayuda a tu hijo a aprender a ser responsable al disciplinarlo con justicia, consistencia, amor y rapidez. Prov 13:24; 19:18; 22:15; I Sam 3:13
23. Ve que la educación de los niños es un proceso que lleva/tarda muchos años. Efe 6:4; Prov 22:6; Gál 6:9; I Cor 15:58; Isa 28:9,10
24. Vive tus convicciones. Tus hijos aprenderán más observando tu vida que escuchando tus palabras Deut 6:4-9; I Tes 2:10-12; Fil 4:9; II Tim 1:5-7
25. Reconoce que es tu responsabilidad preparar a tu hijo para esta vida y la que sigue. Efe 6:4; Deut 6:4-9; Sal 78:5-7; II Tim 3:15-17
26. Sé sensible a las necesidades, sentimientos, temores y opiniones de tus hijos. Mat 18:10; Col 3:21
27. Trata a tu hijo en una manera que demuestre que él es importante y aceptado por ti. Mat 18:5,6
28. Evita palabras enojadas o exasperadas. Prov 15:1; Efe 4:31,32
29. Establece el hábito de leer la Biblia juntos. II Tim 3:15; Sal 78:5-8; 119:9-11
30. Escucha bien a tu hijo para que tu hijo querrá acercarse a ti con sus problemas y dificultades. Muestra un interés sincero en su mundo. Mantente disponible para tu hijo, aun cuando estés ocupado. Sant 1:19,20; 3:13-18; Fil 2:3,4
[1] http://www.anecdonet.com/modules.php?name=News&file=article&sid=106
[2] http://plsal.org/spanish/CLARKFUND/clark-fundamentos13.html. Fuente original: How to Grow a Child for God, por Wayne Mack

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