Pastores Luis y Marina Meléndez

Pastores Luis y Marina Meléndez
Pastores de la IBE Callao

viernes, 14 de septiembre de 2007

Curso de Escatología # 2


LA ESCATOLOGÍA EN EL ANTIGUO TESTAMENTO (1).

1. En las civilizaciones no judías:

a. En varias de las civilizaciones del mundo antiguo era aceptada la existencia de una nueva vida después de la muerte, un ejemplo lo tenemos en el descubrimiento de una tumba real de la ciudad de Ur —lugar de Abraham—; en ella se encontró el cuerpo de una princesa muerta hace unos 4,500 años, rodeado por los restos de sus criados, hombres y mujeres, que fueron sacrificados para que sirvieran a su soberana en la otra vida.

b. Un pueblo que sobresalió por su culto a la muerte fue el egipcio, que durante siglos desarrolló técnicas de embalsamamiento para lo conservación de los cuerpos de los muertos en espera de que resucitaran, que elaboró rituales y conjuros para dar protección a los muertos en su segunda vida, y los sepultó rodeados de útiles, armas y tesoros para que pudieran aprovecharlos en el más allá.

c. Creían los egipcios que todo ser humano estaba compuesto de materia y espíritu; que la materia formaba el cuerpo perecedero y que el espíritu estaba constituido por dos elementos no materiales: el principio divino colocado por los dioses en cada individuo, siendo inmortal debido a su origen divino, y el alma humana que podía llegar a hacerse inmortal, dependiendo del juicio de los dioses después de la muerte, pues si ellos encontraban que el difunto había sido justo en vida permitirían que su cuerpo se uniera con su alma para subsistir ambos eternamente. De otro modo, si juzgaban que el muerto no había sido justo, destruirían su alma y así dejaría para siempre de existir como persona.

2. En Israel:

a. Cabría esperar que el contacto de Israel con los egipcios por siglos de cautiverio lo hubiera llevado a adoptar sus creencias sobre una nueva vida que habría de venir después de la muerte, pero no fue así, porque consideraban idolátrico el culto que se rendía a los muertos.

b. El Antiguo Testamento revela que el pueblo hebreo creía que hubiera otra vida que la presente, pensaban los hebreos que se mantendría la existencia del individuo en el Seol, que era este el nombre que le daban al lugar donde moraban los muertos; Job, 7,7-9; 14,10-12.

c. Para el Antiguo Testamento todo ser humano tenía que morir, y al hacerlo y ser sepultado tendría que permanecer dormido en ese Seol que era el país de los muertos, pero seguía existiendo.

d. Hay en la Sagrada Escritura excepciones como Enoc de Gen 5,24 y Elías de 2 Rey 2,11, que no murieron sino que fueron llevados vivos al cielo, o de resurrecciones, como las realizadas por Elías en 1 Rey17,17-24 y por Eliseo en 2 Rey 4,18-37, que pronto habrían de terminar con una segunda muerte.

e. El concepto de la resurrección de los muertos no deja de estar presente en los textos del Antiguo Testamento; una de ellas es el pasaje de los huesos secos, Eze 37; otra en Isaías 26,19, donde se profetiza; la afirmación más contundente de la resurrección de los muertos se encuentra en Dan 12,2-3.

f. La dimensión escatológica en el Antiguo Testamento es el tema que más evolución ha tenido en la revelación. Ciertamente en los orígenes de la Escritura no se encuentra una escatológica trascendente, sin embargo desde el principio de la Sagrada Escritura se puede encontrar una visión escatológica en los términos de una promesa; promesa divina orientada hacia el futuro Gen 12,1-3 en la ocasión en que Dios bendijo a Abraham y le prometió intervenir para engrandecer su descendencia.

3. Forma inicial de la esperanza en el futuro. La promesa a Abraham se concreta y complementa cuando Dios le ofrece una tierra que mana leche y miel (Exo 3,8); una Ley: la del Sinaí; un Templo y un Rey. Todo esto implica un dinamismo hacia su realización futura, pues Dios promete cumplir sus ofrecimientos si el pueblo le obedece.

4. La nueva forma de la promesa.

a. Israel no supo ser fiel al Pacto con Dios, desobedeció su Ley y cayó en el pecado de la idolatría; pero a pesar de la infidelidad del pueblo Jue 2,16-19, Dios continuó protegiéndolo y le ofreció el auxilio de un futuro Rey mesiánico, 2 Sam 7,13ss.

b. Hasta antes del exilio a Asiria ocurrido no se había presentado lo que es una Escatología trascendente; pero Isaías escribió sobre un "resto santo" que conservaría todos los privilegios del pueblo elegido (4,3; 6,3; 11,11). Sería en ese resto santo en donde se realizaría el plan salvífico de Dios al final de los tiempos, porque lo liberaría del juicio final (11,16).

5. La esperanza de salvación durante el exilio.

a. Fue durante el exilio en Babilonia, cuando surge una promesa escatológica en la predicación de Jeremías, y Ezequiel escribió sobre un nuevo Pacto (36,24-28).

b. Isaías hablaba de una nueva creación utilizando 16 veces el verbo hebreo bara (crear). Este es el mismo verbo empleado por el Génesis para referirse a la creación del mundo, pero aquí se utilizó para anunciar una nueva creación que habría de realizarse en el futuro. Esa nueva creación la conseguiría el Siervo de Jehová no haciendo gala de su poder, sino mediante su humillación.

c. Se anuncia en estos escritos que el Siervo logrará reconciliar a muchos miembros del pueblo elegido con su Dios. De esta manera se dio un giro en la expectativa futura de Israel: ya no se perseguía un objetivo político, sino que debía esperarse una realización religiosa Isa 41,20; 44,24; 48,6ss.

6. Escatología trascendente.

a. Los profetas Hageo y Malaquías, esperaban que la salvación prometida llegara en un futuro inmediato Hag 2,15-19, Mal 3,6-12. Confiaban que con la reconstrucción del Templo de Jerusalén se harían realidad las promesas.

b. La piedra clave de esta fase la colocaría Daniel, según el cual el curso de la historia terrena y la conducción divina de la historia se desarrollan en dos planos diferentes, porque tanto la esperanza como su realización se dan en un plano trascendente. Daniel recapitula las etapas de la esperanza de Israel en un cuadro que se cierra con la intervención de Dios al final de los días, y reúne las sucesivas etapas de la esperanza del pueblo (alianza, Reino de Dios, mesianismo, oráculos proféticos, etc.) en un relato que contempla "la historia ya pasada... como un proceso histórico predicho por Dios", el cual se cerrará con su intervención decisiva al final de los días. Aquí la expresión profética tiene ya un sentido escatológico: el don de Dios no pertenece a la historia, y aunque se haya comunicado parcialmente en ella, procede del cielo


(1) Adaptado del articulo: Comisión Teológica Internacional, ¿Qué pasa después de la muerte?

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